LA SALUD MENTAL EN EL ENTORNO LABORAL

 

Osvaldo Hernández Orozco

Psicotraumatólogo

TALENTO 4D

Socio IOS desde 2023

Cada vez es más común hablar sobre salud mental en el trabajo, y no es para menos: las organizaciones no escapan a los desórdenes mentales entre sus colaboradores. Reconozcamos una realidad importante: pasamos más tiempo en el trabajo que en cualquier otro lugar. Esto aplica también para quienes laboran de forma remota. Es decir, el día se nos va resolviendo asuntos laborales, estemos donde estemos.

Debemos saber que hay desórdenes de tipo mental con un origen laboral, y que todos los trabajadores, sin importar el nivel jerárquico (sí, incluso los dueños, socios y directores), somos susceptibles de desarrollar alguno.

Estrés laboral

Puede surgir ante demandas laborales excesivas o prolongadas. Entre sus síntomas más visibles están la fatiga, la irritabilidad, la dificultad para concentrarse y los problemas de sueño. Se considera un desorden de tipo laboral porque puede ser fruto de altas cargas de trabajo, falta de control, conflictos interpersonales o presión por resultados. Un estudio del IMSS en 2023 reveló que tres de cada cuatro trabajadores sufren este desorden.

Ansiedad

¿Has sentido preocupación excesiva o miedo persistente, a menudo relacionado con el desempeño o la seguridad laboral? Entre sus principales síntomas se encuentran el nerviosismo, las palpitaciones, la sudoración y los pensamientos obsesivos. ¿Por qué se considera un desorden de origen laboral? Porque se relaciona con ambientes competitivos, evaluaciones constantes o inseguridad laboral, entre otros factores.

Depresión

Este trastorno del estado de ánimo afecta negativamente la forma de pensar, sentir y actuar. Entre sus síntomas podemos observar tristeza persistente, pérdida de interés (incluso por aquello que antes se disfrutaba), baja energía y pensamientos negativos. Sus causas más comunes pueden ser la falta de reconocimiento, el aislamiento o el acoso laboral.

Síndrome de burnout

Es el extremo del estrés crónico, que deriva en un estado de agotamiento físico, emocional y mental. Además, se hace visible el cinismo o desapego hacia el trabajo y una baja productividad. El origen de este síndrome (aunque multifactorial) puede explicarse como el resultado de un estrés laboral prolongado en el tiempo sin recibir atención adecuada.

Lo anterior puede sonar abrumador, pero déjame decirte que todos estos desórdenes pueden prevenirse afianzando buenos hábitos personales. Cuidar la alimentación, las horas de sueño y la actividad física es crucial para mantener un buen estado de salud mental. La convivencia y los vínculos con otras personas son una excelente medicina para todos. Salir y conectar con la naturaleza también incrementa nuestro bienestar.

Y no menos importante: cultivar la espiritualidad. Sin importar la creencia que cada quien practique, lo esencial es desarrollar nuestra fe, pues esto impacta significativamente en la salud mental y emocional.

Todos los desórdenes mencionados pueden tratarse desde la psicoterapia clínica y, dependiendo de cada caso, se valorará la necesidad de derivar con un médico psiquiatra para que, en conjunto, ambos procesos permitan a la persona recuperar su equilibrio físico, mental y emocional. Al final de cuentas, el trabajo es parte de la vida, y entre mejor preparados estemos para enfrentar los retos que se presentan en este entorno, mayor será nuestro bienestar mental.

Hacer conciencia sobre este tema es importante, ya que se calcula que al menos una tercera parte de la fuerza laboral en México padece algún trastorno mental a consecuencia de las condiciones en las que trabaja. Toca tomar responsabilidad personal y atenderse.

Revisa tus hábitos, ordena tu vida. Y si necesitas ayuda, acércate a un buen psicoterapeuta, consulta con un profesional. Esto es tan necesario como ir al dentista cada seis meses o hacerse un check-up médico una vez al año.

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