PESO, BIENESTAR Y SALUD SIN ESTIGMA
Natanael Abraham Guerrero
Lic. en Nutrición Deportiva
Cosmic Coach
Socio IOS desde 2024
LA OBESIDAD COMO ENFERMEDAD CRÓNICA
La obesidad es una enfermedad crónica, metabólica y progresiva que aumenta el riesgo de padecer otras enfermedades. Las campañas de concientización invitan a la reflexión y a la acción colectiva, promoviendo cambios en políticas públicas y estimulando hábitos saludables entre la población.
Desde 1990, la obesidad se ha duplicado entre los adultos de todo el mundo, y se ha cuadriplicado entre los adolescentes.
Desde 2022, 2,500 millones de adultos (18 años o más) tenían sobrepeso, y de ellos, 890 millones eran obesos.
Asimismo, más de 390 millones de niños y adolescentes de entre 5 y 19 años tenían sobrepeso, de los cuales 160 millones eran obesos.
EL DIAGNÓSTICO
El diagnóstico del sobrepeso y la obesidad se realiza comúnmente mediante el cálculo del Índice de Masa Corporal (IMC): peso (kg) / estatura² (m²). Este índice es un marcador indirecto de grasa corporal, aunque también se utilizan otras mediciones como el perímetro de cintura.
Las categorías del IMC varían según edad y género. En adultos, la OMS establece:
Sobrepeso: IMC igual o superior a 25
Obesidad: IMC igual o superior a 30
En el caso de niños y adolescentes, se utilizan patrones de crecimiento específicos definidos por la OMS. Sin embargo, estas métricas pueden no ser suficientes en todos los contextos. Por ejemplo, una persona físicamente activa o con gran desarrollo muscular puede tener un IMC elevado sin presentar obesidad clínica.
Para un diagnóstico más preciso, deben considerarse factores individuales y herramientas complementarias como la bioimpedancia, medición de pliegues cutáneos, perímetros corporales, y en casos especializados, equipos como analizadores corporales con ultrasonido.
CONSECUENCIAS ECONÓMICAS
Si no se toman medidas, se estima que el sobrepeso y la obesidad generarán costos globales de hasta 3 billones de dólares anuales para 2030, y más de 18 billones para 2060.
Además, el aumento de esta condición en países de ingresos bajos y medianos —sobre todo en grupos socioeconómicos vulnerables— globaliza un problema que antes se asociaba principalmente con países de altos ingresos.
ACCIONES A TOMAR
El tratamiento debe ser integral y multidisciplinario, abordando la alimentación saludable, la actividad física, la salud emocional, el uso de medicamentos cuando sea necesario, y la eliminación de barreras que impidan la adherencia al tratamiento.
El entorno familiar y social juega un papel clave. En muchos hogares, la comida representa un vínculo emocional y social, lo que influye directamente en las conductas alimentarias.
Cambiar hábitos implica conciencia y compromiso colectivo: reconocer que la "comida saludable" no es una excepción, sino la base alimentaria que debería ser normal. No se trata de eliminar tradiciones, sino de fomentar una cultura de bienestar desde edades tempranas.
Como profesionales de la salud y como sociedad, tenemos la responsabilidad de promover hábitos saludables y trabajar juntos para revertir esta pandemia silenciosa.
Tel. +52 56 2421 5243