ROL DE LAS INSTITUCIONES FINANCIERAS NO BANCARIAS EN EL ECOSISTEMA CREDITICIO
Carlos Rosso
Co-Fundador y CEO | Mr presta
Presidente del Comité de Innovación y Tecnología | Asofom
Socio IOS desde 2014
En los últimos años nació en Estados Unidos un ecosistema de crédito denominado Direct Lending, referido informalmente como “crédito privado”, en el cual participan fondos de crédito, administradores de activos (asset managers) y compañías de seguros. Según McKinsey, esta categoría de crédito creció un múltiplo de nueve veces desde 2009 y hoy representa 2.3 billones de dólares de cartera (trillions en inglés). Aun cuando el monto de crédito privado sigue siendo un porcentaje pequeño dentro del mercado total de crédito en Estados Unidos, su tasa de crecimiento y relevancia están redefiniendo el entorno crediticio.
Los factores que impulsan el dinamismo de este segmento incluyen la flexibilidad de las estructuras crediticias, la adopción tecnológica de los participantes, el entorno regulatorio bancario complejo, así como el incremento en tasas de interés y márgenes crediticios. En México existen muchas similitudes con estas condiciones, lo que favorece el crecimiento del crédito originado por las Instituciones Financieras no Bancarias (IFNB), incluidas las Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (Sofomes), arrendadoras, empresas de factoraje, fintechs y fondos de crédito.
El crédito privado en Estados Unidos atiende a empresas que representan una tercera parte del Producto Interno Bruto (PIB) de ese país. Estas compañías acuden a las IFNB para satisfacer sus necesidades de capital, ya que no cumplen con el perfil requerido para crédito sindicado bancario y tampoco tienen la paciencia para buscar financiamiento bancario tradicional. Las IFNB, por su parte, esperan cobrar tasas de interés mayores para compensar el riesgo incremental de atender a empresas más pequeñas, así como la prima de liquidez derivada de la dificultad de trasladar dichas exposiciones de riesgo a los mercados públicos de capitales.
En México, ese mismo segmento de empresas, denominadas pequeñas y medianas empresas (PyMEs), representa el 50% del PIB y emplea al 70% de los trabajadores del sector privado, significativamente más que en Estados Unidos. Es decir, puede inferirse que el crédito privado en México es aún más relevante para el desempeño económico y presenta un mayor potencial relativo al tamaño de la economía.
CRÉDITO COMO MOTOR ECONÓMICO
Más del 70% de las PyMEs en México carecen de acceso adecuado a financiamiento formal, según la Encuesta Nacional de Financiamiento de las Empresas (ENAFIN, 2024). Esto representa una oportunidad de negocio para las IFNB, que pueden atender a este segmento diseñando productos flexibles, evaluando riesgos con información alternativa y utilizando tecnología para reducir tiempos y costos. Asimismo, constituye una oportunidad para potenciar el desarrollo económico del sector privado mexicano en un entorno global con grandes oportunidades, pero también con importantes retos.
TECNOLOGÍA COMO CATALIZADOR
La innovación tecnológica representa un gran diferenciador en el segmento de crédito privado, tanto en Estados Unidos como en México. Herramientas de analítica avanzada, machine learning y big data permiten evaluar riesgos de manera más precisa y dinámica. Esto ha hecho posible atender a segmentos tradicionalmente excluidos y, al mismo tiempo, mejorar la rentabilidad.
Además, la digitalización ha elevado los estándares de servicio: procesos 100% en línea, desembolsos en cuestión de minutos y esquemas de seguimiento automatizados. Estas mejoras no solo incrementan la eficiencia operativa, sino que también fortalecen la capacidad de monitoreo de riesgo, la confianza de los clientes y la de los fondeadores.
DESAFÍOS ACTUALES
La coyuntura global y doméstica ha agudizado dos retos principales para el ecosistema:
Liquidez limitada: La cautela de los inversionistas frente a cambios repentinos en políticas económicas, combinada con incumplimientos de grandes IFNB en los últimos dos años, ha disminuido la disponibilidad de fondeo.
Aumento en la mora: La desaceleración económica ha resultado en un incremento de 15.6% en la cartera vencida a junio de 2025 respecto al mismo mes de 2024, según información del Banco de México.
Estos factores están propiciando cambios en el ecosistema de IFNB, incluyendo fusiones, adquisiciones e incluso cierres de instituciones. Este proceso derivará en un sistema más consolidado, sólido, disciplinado y con fondeo más diversificado. Asimismo, se están impulsando iniciativas de autorregulación coordinadas por los gremios de IFNB.
GENERACIÓN DE VALOR
Aun con los desafíos actuales, las IFNB seguirán impulsando la generación de valor en su entorno operativo:
Para clientes y PyMEs: acceso a crédito ágil, automatizado y con estructuras flexibles.
Para inversionistas institucionales: exposición a un mercado amplio, diversificado y con alto potencial de crecimiento, bajo estándares de gobierno corporativo y gestión de riesgos.
Para la economía: mayor inclusión financiera, sostenimiento de cadenas productivas y generación de empleo.
PERSPECTIVA A CORTO Y MEDIANO PLAZO
Las PyMEs y los consumidores demandan liquidez y financiamiento para satisfacer sus necesidades de inversión, capital de trabajo y consumo. Al igual que en Estados Unidos, es probable que el crecimiento del financiamiento en México sea atendido primordialmente por crédito privado canalizado a través de las IFNB.
En el futuro cercano, es previsible que aumente la colaboración entre IFNB, fondos institucionales de crédito, banca de desarrollo e incluso bancos privados, con el fin de continuar construyendo de manera responsable este segmento de crédito privado.